Hoy conversamos con María Luisa Rodríguez Bethencourt, propietaria de Caserío de Mozaga. Un hotel rural de nueve habitaciones situado en Mozaga, a unos pasos del emblemático Monumento al Campesino de César Manrique, en el campo de Lanzarote.
Caserío de Mozaga se ubica en una casa familiar de principios del siglo XIX, construída sobre las lavas de la última erupción que arrasó el centro de Lanzarote. La hermosa era que la preside, empleada para canalizar el agua hacia uno de sus aljibes, es testigo de ello.
Esta casa es un ejemplo de la cultura del agua en Lanzarote. Un bien escaso del que no se desperdiciaba ni una gota en la isla, antes de la llegada de las desalinizadoras. Para ello las casas de construían eficientemente para captar este preciado recurso y Caserío de Mozaga es buena muestra de ello.
La casa lleva perteneciendo a la misma familia desde hace cinco generaciones y ha sido residencia habitual hasta principios del siglo XX, casa de veraneo y, desde 1998, hotel rural.
El hotel rural Caserío de Mozaga es pionero del turismo rural en la isla de Lanzarote y es un destino de referencia para viajeros respetuosos con el medioambiente, que buscan descanso, tranquilidad y sentirse como en casa para explorar la isla.
Además de ser uno de nuestros primeros clientes, con el que seguimos trabajando desde 2015, a María Luisa y a mí nos une algo especial, nuestros antepasados, por lo que tengo la fortuna de conocer esta casa desde niña.
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