Hoy conversamos con Ana Lola Betancor Fajardo, directora y propietaria de La Casa de Vegueta, una casa en el centro histórico de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.
Ana Lola es una mujer valiente y una pionera. En 2012 decidió cerrar su empresa de comunicación, emprender un viaje en solitario y reinventarse.
Regresó a Gran Canaria decidida a reconvertir lo que había sido la sede de su empresa en La Casa de Vegueta, un bed & breakfast de tres habitaciones en el que recibir a viajeros que se sintieran tan bien acogidos como ella se había sentido en su viaje.
Por aquel entonces la idea parecía descabellada en un momento en el que el turismo parecía preferir el sol y playa y tan solo se acercaban por el barrio para visitar la Catedral o el Museo Canario. Pero cuando abrió sus puertas el primer alojamiento de Vegueta aparecieron viajeros de todas partes del mundo que deseaban conocer y disfrutar de la cultura y la idiosincracia de la isla. Y esas puertas le abrieron a Ana Lola otras puertas que la llevarían muy lejos…
Diez años más tarde, Vegueta, el casco histórico de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, está salpicado de coquetos hoteles boutique, viviendas vacacionales y apartamentos, y es uno de los destinos más demandados de la ciudad.
La pandemia ha sido un nuevo punto de inflexión en la historia de La Casa de Vegueta. Tras meses cerrada se ha vuelto a reinventar y se ha convertido en una vivienda vacacional para disfrute exclusivo de las personas que la alquilen.
La vida son cambios y Ana Lola y su casa de Vegueta fluyen con ellos.
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